La Musicalidad de las Palabras

Decía el dulce y amoroso RUMI, escribiendo desde su corazón iluminado: “ELEVA TUS PALABRAS NO TU VOZ, es la lluvia la que hace crecer las flores y no los truenos”.
 
Las palabras son sonidos, cada palabra tiene su sonido específico. RUMI habla de la elevación de la palabra que no se produce con el tono de voz, ni con los gritos.
 
Las palabras pueden ser mudas en la mente y gozarse su vibración internamente. La palabra hablada emite un sonido que también produce un efecto en el medio ambiente y en todo aquel que la escucha.
 
Una nota musical en la partitura es como una palabra en el nivel del pensamiento. Beethoven, que nació un 17 de diciembre, fue alabado por Mozart, su sublime sensibilidad fue la razón de superar a partir de los 30 su pérdida auditiva, fue capaz de reflejar los sonidos desde su silencio, parecía estar conectado vía internet con Dios por la calidad de sus obras, demostrable con la teoría del Campo Unificado. Sirva esto para ver cómo desde el silencio aparecen las notas al igual que las palabras. Queremos decir que tanto la música como la literatura llegan a crear armonía y prosperidad.
 
La lluvia que hace crecer las flores, que la lluvia de notas y frases permiten el florecimiento de la humanidad.
 
Elevar las palabras quiere decir ensalzarlas, llevarlas a un nivel de alto entendimiento. La sabia conjunción de las palabras produce la elevación. El propósito de la composición es para elevar, ensalzar, llevar a un alto nivel de consciencia a quien escuche, o a quien lea. Una frase creativa es pura musicalidad.
 
Los grandes maestros de la música han conseguido elevar la consciencia de muchas personas con sus genialidades, sus composiciones mostraban su elevado nivel de consciencia.
 
La inspiración musical nace del silencio. Entre las notas hay silencios, tal como en las palabras. Cuanta más capacidad de silencio tenga el autor, mejor será su musicalidad o escritura. Incluso desde el temple se crean verdaderas obras de arte.
 
Las frases son un conjunto de palabras y que tienen su efecto más por la forma conjugada que por las palabras en sí. La conjunción es más que la suma de las palabras.
 
Hablar en voz alta es por un empeño por ser escuchado.  Muy acostumbrados estamos a los tonos fuera de lugar. Hasta los políticos abusan de tonos muy altos para sacar titulares. Son malformaciones que el pueblo aprende, copia y repite.
 
Las voces como truenos no son elevaciones, al revés, producen un efecto de decadencia inmediata. Los rayos no suben al cielo, caen desesperadamente y se estrellan en la tierra.

Los truenos son manifestaciones de corrientes internas. El cerebro humano tiene sus corrientes y cuando el estrés es alto se producen alteraciones de corrientes difíciles de frenar. Son fenómenos naturales que tienen sus causas. Los torbellinos mentales no son pertenencias sino adquisiciones, por tanto, no hay una culpabilidad única o personal. Son consecuencias que no merecen ningún tipo de castigo sino de buen trato o tratamiento.
 
El rol del castigador debe desaparecer, y tampoco hay que castigar al castigador, hay que poner a dormir al viejísimo sistema educativo, carente del arte de Educar, que es extraer el conocimiento interno que reside en la Conciencia y no embutirlo como se viene haciendo desde hace siglos.
 
El hablar o escribir tiene su responsabilidad, porque cada acción tiene su reacción. Por eso la ley natural invita a cada criatura a actuar sin dañar, y a fomentar las acciones que creen armonía, progreso, bienestar, salud y libertad.
 
Desde que la comunicación llegó a las masas, por las ondas de radio, prensa, TV y ahora los peligrosos medios sociales. El dato a tener en cuenta es que el daño social ha aumentado con las nuevas tecnologías, hay mayor deterioro personal, porque se repiten modelos vacíos, se copian errores, que luego son difíciles de quitar
 
El peligro está en el efecto multiplicador de errores esenciales. Las palabras tienen un efecto multiplicador tremendo. Si se engaña a una persona se comete un fallo, pero si el engaño llega a un billón se producirá un billón de fallos. Por eso hay que ser muy cuidadosos con las cosas que se escriben en los medios. Las formas hay que medirlas bien, hay que mantener un alto grado de respeto y comprensión. Hablar o escribir sin dañar es muy importante para la evolución personal.
 
Mentir, difamar o usar titulares sacados de contexto para producir un efecto negativo son truenos, que luego caerán en la propia cara.
 
Mal agricultor es aquél que pretende crear un campo nuevo y no riega las raíces de las plantas, que no cuida lo esencial de la planta. Los líderes que quieren cambiar el mundo, pero si no tienen un alto nivel de consciencia no serán capaces de cuidar las raíces humanas. El campo de la consciencia que no crece se empobrece.  
 
Los medios sociales son fantásticos para crear rápidamente un efecto positivo. Sin embargo, las opiniones enfrentadas y descalificaciones crean la subcultura que abre zanjas buenas para féretros vivientes. Lástima perderse en el enfrentamiento con lo reconfortante que es hablar bien y retomar vías inteligentes.


Usar la guadaña para cultivar flores es un método nefasto.
 
Un buen profesor no castiga ni descalifica públicamente, reconduce suavemente. El buen arte de cultivar traerá grandes progresos sociales, y las cosas buenas se irán copiando, imitando, hasta que cale la semilla del buen conocimiento.
 
Esta obsesión que vive el mundo se desaparecerá a través del arte de Educar, de crear Cultura y Vida a través de la palabra y la música que al elevar las consciencias se crea un mundo mejor, sano y feliz.


Si deseas aprender la técnica de Meditación Trascendental escribe a: dr.jacordero@gmail.com

Recibe mi agradecimiento y amistad,

José Antonio Cordero
Profesor MEDITACIÓN TRASCENDENTAL
Director de AGRICULTURA VEDICA MAHARISHI.