“LA VIDA EN UN HILO”

Como un péndulo colgando de un hilo, la vida se mece de un lado hacia otro con mucha facilidad, lo sepamos o no, quien mece el péndulo de nuestra vida somos nosotros mismos. Ignorar esto no lo para, ni hace la vida menos complicada. Igual que la vida no se detiene nunca y el universo tampoco se detiene, nuestra vida pende de un hilo que lo movemos, aunque no seamos conscientes hacia dónde lo movemos.

Saber hacia dónde queremos ir es crucial porque marcamos un objetivo, que a pesar de las dificultades que podamos encontrar y las caídas que se presenten, nos llama y hace levantar la cabeza para seguir adelante, y cuanto más grande y noble sea más fácil será levantarnos. Sin objetivo predeterminado, tras la caída el péndulo de nuestra vida se movería en la confusión y daría vueltas y vueltas hasta encontrar una salida cómoda.

De pequeños teníamos las manos de nuestros padres para caminar y nos sentíamos seguros, ahora que caminamos a nuestro antojo, algunas veces tenemos la suerte de ir al lado de un ser más evolucionado que nos da seguridad, otras veces nos sentimos solos, y otras muy solos.

Desde siglos, la oscuridad (Kala) ha predominado en la vida diaria, se pueden tener los ojos abiertos y estar adormilado ante la vida. La falta de luces atrae acontecimientos inesperados, no se sabe ni por dónde vienen ni por qué motivo.

De la vida estresada y furiosa a la vida de la paz interior hay un abismo, son los extremos opuestos. Del gran estrés a la muerte hay un pasito muy corto, de la quietud interior salen los pasos de la felicidad, creatividad e inteligencia. Kaliabrasa en momentos oscuros de la vida. Shiva (Silencio Puro/Conocimiento) abraza en los momentos lúcidos de la vida; un ligero cambio mental puede cambiar el movimiento pendular del sufrimiento a la gloria.

Hay suicidios instantáneos y suicidios lentos que duran meses o años. Enterarnos del suicidio de un ser admirado causa un dolor tremendo, ¿Cómo es posible, con lo lindo que era? El péndulo de la vida se movió hacia el lugar menos esperado. Estas cosas suelen pasar en personas sensibles y tiernas donde el péndulo parece pesar demasiado. El suicidio es una acción que no debería realizarse porque el alma podría ir errante durante mucho tiempo por negar la condición humana, aunque con mucha ayuda se puede salir de cualquier situación. Nada puede quemar la profunda existencia del ser.

Nada puede cortar la evolución que comenzó en su día. Hay muchos que juegan a ser aniquiladores de vidas humanas y que entierran sin estupor, pero desconocen que de la ira resurgirán lavas inesperadas bajo los pies del aniquilador, por eso quien mata no sabe ni cuidar sus propios pies. El poderoso guerrero no sabe proteger su talón de Aquiles. El líder que manda luchar a su pueblo por la paz crea más enemigos y esto provocará en cualquier momento un volcán interno. Un ejemplo, el país que en más guerras ha participado es el que más delitos y asesinatos tiene en su propio país, y luego no saben por qué suceden tantas desgracias en sus calles y colegios.

El cuerpo puede desaparecer, pero la vida sigue y sigue, porque el alma pertenece al campo de la eternidad. Si una rápida y grave enfermedad aparece y es difícil gobernarla, conviene en esos momentos tener maestría sobre el campo de Shiva, es decir, sobre el arte de trascender que ha de ser practicado intensamente, varias veces al día, porque de esa forma nos abrazamos al silencio que gobierna toda la creación. Cuando el corazón deje de latir, nuestra alma debería volar ‘como al ave que no le falte pluma’. Volar es algo extraordinario, no hay miedo, el encanto del vuelo hace olvidar los momentos duros del pasado. El águila disfruta de su alto vuelo, pero no es visto por la familia que permanece en el nido terrenal, pero su ojo es de largo alcance y ve su nido. El alma debe ver y apreciar la totalidad, es nuestro tercer ojo y puede ver donde el águila no llega. Esperar a que el alma vea en la muerte aquello que debemos ver con nuestro corazón es de vagos o religiosos mal adoctrinados, es una torpeza tremenda anhelar la muerte.

Un corazón miope deja al alma pesada y con necesidad de ver de cerca, por eso no vuela alto, si en este mundo no guipa, no distingue ni discierne, en el otro no vuela. El corazón que todo lo ve, combina silencio puro con actividad, une lo inmanifiesto con lo manifiesto, la eternidad con la vida perecedera, y ese corazón cuando deje de latir será acompañado por los Devas al lugar adecuado para seguir evolucionando.

MEDITACIÓN TRASCENDENTAL
Desde el comienzo de la técnica se aprecia la facilidad para realizarla, su simplicidad nos avanza, sin ningún esfuerzo ni pretensión, hacia una profunda experiencia de paz y felicidad. Naturalidad e Inocencia. Así es la técnica M.T.Si deseas aprenderla escribe a dr.jacordero@gmail.com


José Antonio Cordero
BIOesVEDA
Profesor titulado en CIENCIA DE LA INTELIGENCIA CREATIVA y su aspecto práctico: MEDITACIÓN TRASCENDENTAL. Universidad MERU, Suiza, 1979