Efectos beneficiosos de las almendras

Los efectos beneficiosos de las almendras sobre el organismo son variados: actúan fortaleciendo huesos, corazón, piel, ojos, pelo, etc. Esto hace que algunos autores las consideren un alimento-medicamento, y que las “receten” en cantidades moderadas diariamente con el desayuno o merienda (Moritz, Los Secretos Eternos de la Salud, 2008).

Desde la antigüedad se han utilizado las almendras por sus propiedades medicinales: contra la tos, para bajar la tensión arterial, para proteger el hígado y como antiinflamatorio y cicatrizante.

La dosis recomendada es de un puñado o dos al día (unos 12-25 gramos). Tampoco hay que comer más, porque en exceso pueden resultar indigestas. La mejor manera de consumir las almendras es comprarlas con cáscara e ir rompiendo solo las que necesitamos para que así se conserven mejor.

La piel que cubre la almendra es una protección que tiene contra la picadura de los insectos y las infecciones de los hongos, por lo tanto es muy indigesta y conviene eliminarla. Para ello lo mejor es dejarlas en remojo durante la noche o bien, si tenemos prisa, escaldarlas unos segundos en agua hirviendo y colarlas para, aún calientes, quitarles la piel con facilidad.

Hay que recordar que, si queremos mantener los efectos positivos de las grasas insaturadas, conviene no freírlas, tostarlas ni garrapiñarlas.

Los cambios vitales en nuestra alimentación

La almendra es un alimento de naturaleza dulce que, según la medicina tradicional china, debe ser el sabor predominante en nuestra dieta; pero tenemos que vigilar porque no todos los alimentos dulces provocan el mismo efecto. Hay tres tipos de dulce y justamente el de las almendras tiene un efecto fortalecedor y tonificante para el organismo. Por eso hemos empezado esta despensa con el lema: “Pon un puñado de almendras en tu vida cada día y comienza a experimentar un gran cambio”.

La medicina ayurvédica de la India considera las almendras elementos reconstructores de la estructura básica del cuerpo (los huesos y la sangre) y su aceite como un nutritivo muy potente de la piel, especialmente en los casos de dermatitis, psoriasis, pieles secas y quemaduras superficiales. De ahí la larga tradición cosmética de utilizar las almendras en las cremas hidratantes.